viernes, 11 de febrero de 2011

Me revienta el desprecio de los Españoles por su propia historia, algo que asombra a cualquiera. Es ignorancia claro, de la que tan culpables son los ciudadanos como los responsables políticos (¿habria que decir causantes?) de esa inopia.


Esta España que desprecian fué, entre otras cosas capaz de levantar un imperio gigantesco. Y lo que es mucho más importante: de administrarlo. Organizarlo y administrarlo cuando una simple carta necesitaba más de dos meses de dificil navegación.


Capaz de mantener abierta la navegación y de defenderlo en tierra con cuatro soldados mal contados.


No son cosas de paisejo despreciable.


Sin necesidad de retroceder tanto, antes de ayer mismo, la forma como salimos de la dificilísima situación que se nos planteaba al final del triste periodo de la guerra civil y la dictadura no es precisamente para avergonzarse. A pesar de los errores, ya quisieran muchas sociedades poder demostrar una capacidad política como la que acreditó la española entonces.


No, yo no me avergüenzo del pasado de mi país. Lo acepto entero y me siento orgulloso de aquello de lo que puedo sentirme orgulloso.

sábado, 5 de febrero de 2011

Rajoy

En alguna parte he leído una frase que resume perfectamente lo que pienso del personaje y la hago mia: yo no colgaría un poster de Rajoy en mi casa, pero si le confiaria mi fondo de pensiones.

En efecto, Rajoy, como candidato que busca arrastrar el voto de las masas es la contraindicación hecha barba. Para empezar es feo. Feo de cojones. Peludo y con cara de sabihondo. Sonríe de una manera rara y viste a la moda registrador. En un cartel, comparado con ojitos azules es penoso.

Pero ha demostrado aptitudes como administrador en momentos tan difíciles como el "Prestige". Es buen parlamentario. Y cada vez está más claro que su linea política la marca él y no se la imponen ni desde la derecha extrema, ni desde la religiosa, ni desde la mediática ni desde la económica. Ha superado los ataques más feroces desde alguno de esos sectores sin cambiar el rumbo que se ha fijado. Parece lo suficientemente inteligente y libre de complejos para buscar la excelencia en sus colaboradores.

Se le acusa de vago. Creo que, sobre todo, por haberse negado a acelerar el ritmo de la oposición como hubieran querido muchos, principalmente el PSOE. Es imposible que alguien capaz de superar unas oposiciones a Registros sea un vago. Todo lo más puede haber enloquecido por el esfuerzo (no es su caso) pero de vago nada. Se de lo que hablo.

A pesar de todo no le votaré a el por sus cualidades. Votaré al P.P. para echar a Zapatero.

Y espero que seamos muchos los que hagamos lo mismo para conseguir un Gobierno con mayoría suficiente para no tener que depender de los nacionalistas.