Se va el Presidente. Se va pero se queda un año. Mal año nos espera si puede quedarse. Un cadaver político gobernando no es precisamente lo que necesitamos. Y mal año le espera; un cadaver político tiene muy dificil evitar que ser enterrado aunque se desgañite gritando que está vivo.
Tiene que bregar con los problemas económicos que no quiso primero aceptar y luego no supo afrontar. Tendrá que hacerlo con la autoridad disminuida en un gobierno cuyos componentes están, los unos, enfrentados por la lucha sucesoria y los más pensando en su futuro, complicado ya sea en la política o fuera de ella. Con esos mimbres hay que tejer unos dificilísimos presupuestos.
Le espera la traición de los sindicatos que se apresurarán a tomar posiciones para un futuro en el que él será, más que un recuerdo, un obstáculo.
Tendrá que pactar con los nacionalistas, cada día a un precio mayor, la estabilidad parlamentaria de su gobierno. Con el acuerdo dificil de quien resulte su sucesor que mirará con mucho cuidado los daños electorales que esos pactos puedan provocarle.
Y también tendrá que cuidarse de los ajustes de cuentas procedentes de sus compañeros. De su partido y de su Gobierno. El espectáculo de Elena Salgado, Vicepresidenta y Ministra, desmintiendo las afirmaciones y pronósticos del Presidente del Gobierno sobre la situación económica y anunciando largos años de paro sonaba no augura nada bueno.Quien ha sido ninguneada y puesta en ridículo como Ministra de Economía decide poner los puntos sobre las ies a su jefe. Y de paso ponerle en ridículo.
Veremos cosas parecidas. Cada vez más descaradas. Son las cosas que ocurren en política cuando quien lo ha sido todo empieza a dar síntomas de indefensión.
A Moro muerto gran lanzada.
jueves, 7 de abril de 2011
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